Con prisa por encausar,
tu alma hecha huracán,
volcaste en un ruedo nuevo
aquel talento hecho fuego.

Sin más permiso que a tu voz,
aquel tablao todo entero tembló
ante una niña que dejo su corazón;
marcando su propio destino.

Una lagrima por sus mejillas corren
y es que aquel precioso roble
finalmente cedió ante tanto dolor
y la joven niña se quedo con su adiós.

Hermosa princesa de cuentos de hadas
es la joven que por los madriles canta
y acompañada por aquella flor delicada
la canta con emición a toda su españa.

Su estrella en lo alto brilla
y no hay tierra que se le resista
su destino puntal se realiza
y con su canto al mundo ilumina.

Pero como el destino es caprichoso
la cruzo en un tarde de toros
a un moreno hermoso
que le robo el corazón, con sus ojos.

No le quedo más propósito
que canterle al moreno hermoso,
logrando que el mar de sus ojos
en su cuerpo repose solo.

En abril Dios los unió
y con Paris acordó
que en febrero llagara un sueño
que con amor, francisco se llamo.

Pero como el destino es rebuscado
le arrebato todos sus sueños,
que con tanto amor se habían brindado
y que en un pitón quedaron colgados.

Ella en silencio llora
mientras por la medrugada
y a paso lento lo visita
en el mármol de su morada.

Su niño delira de alegría
cuando su madre lo acaricia
y ella comprende que su sonrisa
es toda la alegría que necesita.

Otro remedio no le queda
que con esfuerzo brillar
en lo alto del firmamento
con el arte que lleva por dentro.

Maribel al destino se le reveló
y con gran pesar lo pago
pero al final el destino
reconició y ante ella abdico.