ISABEL PANTOJA, ESENCIA DE AZAHAR DE LA COPLA

En el embrujo claro y luminoso de una sonriente
Mañana sevillana, un dos de agosto,
Cuando la flor de la amapola
Aún se despereza en los trigales,
Y los miles de capullos cerrados de lustrosos geranios
Y de delicadas rosas, que adornan y perfuman
Los bellos balcones andaluces,
Abriéronse a la vez que ella despertó a la vida.
Nació del vientre de su querida Sevilla
En la barriada de San Gonzalo,
Más conocida como “El Tardón”
Cerca del blanco y mítico barrio de Triana.
Nació un clavel moreno,
Su piel aterciopelada de un tono “aceitunao”
Su pelo negro como el azabache
Y sus dulces, expresivos y nostálgicos ojos
del tono oscuro de las moras
que tan bien le bailaba y cantaba
nuestra cimbreante Lola.
¡Cómo cantó la zumaya desde su nido!
¡Ay, como cantó desde su árbol “florecío!”
Al ver a ese recién nacido clavel
Que trae con su nueva vida,
Ese misterio cálido, ese empujón del alma,
Ese romance de copla que se hará realidad.
En su tiernos e inocentes labios de amapola
Se dibujó por vez primera
Una alegre sonrisa de rosa recién “nacía”,
Y en su futura e inocente alma rociera
Llevaba “prendía”
Entre aromas de juncia, romero y mejorana
La mirada entre dulce y triste
De su Divina Pastora.
Aspiró por vez primera el dulce y embriagador
Aroma del azahar que perfuma el aire
De su Sevilla natal,
La bautizaron entre risas y emociones
Con agüita fresca de su querido Guadalquivir.
Sevilla, siempre sonriente
Al ver a ese clavel moreno
Clamó a los cuatro vientos:
“¡Ésta chiquilla salerosa y pizpireta
será en un futuro próximo Reina de la Copla
y leyenda viva de España
para orgullo de Triana
y gloria de Sevilla!”
Entre alegrías, cantes y bulerías
Creció contenta Niña Isabel
Era la atracción de su gente
Por su gracia, salero y simpatía
E incipiente arte.
Su madre la bailaba,
Y su padre la acunaba
Por las noches
Con su dulce e inolvidable voz
Aquella hermosa canción
Que por siempre llevará
Grabada dentro de su sensible corazón.
¡Y ole, con ole con ole,
la gracia que “tié” mi niña!
Tan flamenca y elegante,
Tan morena y tan hermosa,
Con su voz de zambra y olivares del Sur
Enamorará al mundo por su forma de pasear
De cantar, de interpretar y de sentir la copla.
¡Y ole, con ole con ole tú arte mi reina!
Su “pare” nació en “Caí”
Y su “mare” sevillana por
Los cuatro “costaos”.
¡Buen mano a mano!
La Giralda y el río y el río
de tú Sevilla
saber que aquí has “nacío”
¡Que maravilla!...
Con el correr de los años
Niña Isabel fue convirtiéndose
En una hermosa mujer,
Sus ojos de mirada,
de luna, viva, oscura y profunda
como la noche,
seguía conservando aquel brillo especial
de sus dulces años de la infancia...
Su mata de pelo negro, recogido
En una gran moño de picaporte
Al soltárselo caía
En grandes y ensortijadas
Olas sobre su espalda...
Sevilla se te quedó pequeña
Y aconsejada y arropada
Por dos grandes maestros
Que te hicieron la gran
Artista que eres hoy
De Sevilla te fuiste a Madrid.
Allí llegaron los primeros éxitos,
Saboreaste las primeras mieles del triunfo
Encandilaste y seduciste
Al público
Con tu voz la más bella de las melodías,
Con tu voz, hecha de jirones de un breve pero
Eterno e intenso amor,
Tan dulce y tan poderosa a la vez
Convertiste tus lágrimas en sonrisas,
Cuando evocas sin quererlo
A aquel marinero...
Aquel marinero que cruzó la distancia
De la tierra al cielo
Y se quedó dormido por siempre
A la orilla ...
a la orilla de tú recuerdo...
y de tus ensueños...
Nos seduce con su elegancia
En el vestir, con sus flores
“prendías” con gracia en su pelo,
nos emociona y nos hace vibrar
cantando bajito
aquellas tiernas nanas,
abriéndonos como una flor
su tierno corazón de madre...
[ 2 Parte ]


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